PROYECTO DE INICIATIVA DE REFORMA
CONSTITUCIONAL.
PARA CONSTITUIR A LA SECRETARIA DE LA DEFENSA NACIONAL. COMO UN
CUARTO PODER DE SEGURIDAD NACIONAL.
“LO ÚNICO, QUE SALVARÁ A LAS
DIFERENTES CULTURAS, DE SU PROPIA AUTODESTRUCCIÓN, DEL OLVIDO O DEL JUICIO
OPROBIOSO DE LA HISTORIA, SERÁN LAS INSTITUCIONES EN FAVOR DE LA LIBERTAD Y DE
LA JUSTICIA, SÓLIDAS, INDEPENDIENTES, HONESTAS, QUE EDIFICARON PARA SU
PRESERVACIÓN, POR EL BIEN DE LAS SIGUIENTES GENERACIONES, POR ESO JAMÁS DEBEN
TRAICIONARLAS”.
Exposición de Motivos.
Es
un hecho, que en México el problema de la seguridad en todos los niveles, en
los últimos cuarenta años se ha constituido como el talón de Aquiles de los
diversos gobiernos mexicanos a tal grado de constituirse como un grave problema de seguridad nacional, por
lo que ha sido un hecho notorio el apoyo
que en ese rubro se ha recibido por parte del ejército mexicano por medio de la
Secretaría de la Defensa Nacional.
Así como que poca gente pondera objetivamente el tipo de ejército que tenemos,
pero es a mi juicio una de las mejores y más sólidas instituciones que tenemos
en el país, por ello resulta de total importancia, que en estos tiempos tan
inciertos, la postura del ejército sea
acorde a su naturaleza constitucional de ser el ejército del Estado mexicano,
en su conjunto al originarse de la lucha revolucionaria, y otorgarles el respeto de toda la sociedad incluido el del
propio jefe del ejecutivo, para que esta institución guarde distancia con los
demás poderes y deje de ser una secretaria de Estado y se conviertan en un cuarto poder independiente o autónomo con
presupuesto propio y al que se le tome en cuenta sobre cualquier cambio de
legislación en cuanto a los temas de seguridad nacional tanto interna como
externa con facultades máximas de contraloría, porque ya no podemos
permitirnos, que la decisión sobre ese tópico tan sensible, como lo es el de la soberanía y seguridad
nacional, tanto interna como externa, sean decididas por una sola persona o de un
grupo político por las razones obvias por
las que pasa el gobierno mexicano de
infiltración por parte de grupos criminales en la función pública, (narco
política); así como el incremento
desmesurado del crimen denominado de cuello blanco o dorado por parte de los
funcionarios públicos en los tres
niveles de gobierno.
En razón de que el ejército está para
defender y servir al Estado mexicano en su conjunto y no sólo al gobierno en
funciones o intereses partidistas; con
el objetivo específico de preservar la soberanía y la seguridad nacional,.
El
papel del ejército en México, debe ser el de un verdadero garante del Estado
Democrático Constitucional de Derecho, con una profunda lealtad al Estado de
Derecho al servicio de la democracia y
la sociedad pero no únicamente al
gobernante en turno o al partido político al que pertenece. Por ello los ex
presidentes Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojoza, pudieron gobernar por
la existencia de un ejército institucional para la democracia.
Superándose
esas épocas, en que según narran los historiadores, el presidente Lázaro
Cárdenas, a pocos días de haber decretado la expropiación del petróleo, anuncio
la reforma del Partido Nacional Revolucionario, para
transformarlo en Partido de la Revolución Mexicana; la novedad estuvo
en los sectores corporativos pero la sorpresa fue la de colocar al ejército
como el cuarto sector del PRM; es decir, fuerzas armadas
al servicio del partido en el poder; o cuando el notable,
crítico Pablo González Casanova, en su libro
de la democracia en México, al enunciar entre los "verdaderos factores del poder en México", colocó primero a
los caciques y caudillos regionales, y después al Ejército, el clero y los
empresarios.
Así
también, en relación con los lamentables hechos de los años sesenta y setenta
del siglo próximo pasado en nuestro país, como del sexenio pasado en los cuales
lamentablemente primero; el partido hegemónico autoritario en ese entonces poletizó
y satanizó al ejército, al usar a las fuerzas armadas como cuerpos represivos al servicio del
partido en el poder, práctica lamentable, y en el segundo caso en el cual, el expresidente
Felipe Calderón Hinojoza, instruyó la salida del ejército a las calles para
combatir una guerra contra el narcotráfico y de igual forma se usó a las
fuerzas armadas para fines policiacos, con daños colaterales, sin legislación
de apoyo, imagen negativa que se fue revirtiendo en la medida que el ejército
se ha fortalecido, con acciones de ayuda a la población en desastres naturales,
como su participación como un ejército comprometido con las causas sociales al
derivarse de la lucha revolucionaria, iniciada el 20 de noviembre de 1910. De
aproximadamente diez años de violencia que provocaron un millón de muertos en
un País de dieciséis millones de habitantes.
Por
lo cual, hoy en día el Ejército y Armada
están cotidianamente en las noticias porque, efectivamente, se han convertido
en el último recurso del gobierno para
evitar que el crimen organizado avasalle al gobierno y al resto de la sociedad, con el
objetivo específico de preservar
la soberanía y la seguridad nacional, tanto interna como externa.
El
narcotráfico, como uno de los fenómenos más representativos de la creciente
violencia del crimen organizado, tomando en cuenta la producción, el tráfico,
la adicción, el consumo, como el lavado de dinero, debe abordarse con un enfoque local, nacional e internacional,
simultáneamente, en el sentido de que se trata de un crimen organizado
trasnacional pues la delincuencia es un tema local que se conecta a redes
internacionales. Su combate exige
estrategias donde se comparta información. Donde se ejerza un control
territorial soberano y se eviten las áreas sin ley.
El
Estado, concebido como un ente soberano cuya misión es proporcionar bienestar
social dentro de un territorio determinado, está en entredicho. ¿Cómo se puede preservar la soberanía y la
seguridad nacional cuando las políticas públicas responden a las premisas de
una problemática interna y a compromisos que traspasan fronteras? La
geopolítica mundial es otra. Los analistas hablan de una aldea global que se
pretende regionalizar donde urge redefinir conceptos y prioridades. Pero cada país tendrá que hacerlo atendiendo
a su propia realidad y no trasladar sistemas ajenos a esa realidad, porque de
hacerlo puede contribuir agravar esa problemática o a su propia autodestrucción
como Estado independiente y democrático.
La
sujeción a la doctrina del liberalismo se basa en el temor a un poder estatal
invasivo que limite o suspenda los derechos fundamentales o libertades
individuales y/o que concentrado se convierta en arbitrario, incontestado,
absoluto.
En este aspecto cabe mencionar que el liberalismo -que por supuesto no es de una sola clase -
ha intentado a lo largo de la historia preservar un área de autonomía de los
ciudadanos en relación a las instituciones estatales y al mismo tiempo ha buscado que los poderes públicos se
encuentren regulados, fragmentados, vigilados y que sus decisiones puedan ser
recurridas ante el Poder Judicial que debe ser autónomo.
Hoy
en día, la situación a nivel nacional se percibe en el sentido de que la
economía está mal,( gasolinazo), la
violencia en aumento, la corrupción e impunidad más descarada y lesiva de todos
los tiempos, en todos los niveles de gobierno como en los entes de la propia
sociedad, el recorte o desmantelamiento del propio Estado en
cuanto a su aparato administrativo gubernamental, que influye indudablemente en
su propio rendimiento, para llegar a un acuerdo con los empresarios para
encontrar inversión y nuevos empleos, con el fin de obtener y recaudar ingresos que cubran los
egresos, millonarios, producto de los casos
extremos de corrupción e irresponsabilidad, de varios gobernadores de diversas
entidades federativas, pertenecientes a distintos partidos políticos. Más
la amenaza latente del presidente de la nación más poderosa en armamento, los
Estados Unidos de Norteamérica, con “apoyar”
al actual gobierno mexicano con la entrada de marines a tierras mexicanas para
acabar con los “bad” hombres, “con el crimen organizado” relativo al
narcotráfico, (invasión militar
disfrazada de cooperación bilateral), finalmente como la posible llegada al
poder de un candidato con tendencias populistas que pueda pretender regresar a
épocas pasadas.
Sin
dejar de mencionar, la pérdida sistemática de los derechos sociales de la
población, en salud, en materia laboral, educación, en derechos sobre la tierra
(confiscación de la riqueza social mediante el impuesto), como de bienes
nacionales, petróleo, electricidad, agua, por medio de cambios estructurales
convertidos en pagarés a nuestros deudores extranjeros como pago parcial de la
deuda pública externa, lo que hace una situación insostenible para la nación.
Así mismo, concuerdan diversos críticos que en un gobierno y
Estado, normalmente deberían ser, la Presidencia, el Congreso y la Suprema
Corte, en sí los tres poderes de la República, las grandes instituciones. Sin
embargo únicamente el 12% de la ciudadanía tiene confianza en el titular del poder ejecutivo federal
(Reforma, 18 de enero). Algunos gobiernos estatales son casos extremos de
corrupción e irresponsabilidad, como han sido los casos de varios gobernadores
de diversas entidades federativas, pertenecientes a distintos partidos
políticos. El Poder Judicial lamentablemente en la opinión generalizada se ha
apartado del sentido de lo justo por lo técnicamente jurídico a favor de
intereses políticos o el de las clases
más favorecidas, por ello apenas poco más del 20% de los mexicanos confían en los
jueces, finalmente el Congreso y los partidos políticos están tan alejados de
sus supuestas bases sociales, y más ocupados en sus propios intereses
particulares y partidistas, que proponen leyes de acuerdo a esos intereses y
por lo cual resultan parciales y contrarias al interés general, por lo que la
ciudadanía los ha colocado hasta el fondo de su escala de confianza (Informe el
país sobre la calidad de la ciudadanía en México, Las encuestas también señalan
que los llamados "poderes
fácticos", básicamente las grandes concentraciones de poder económico,
tampoco tienen gran credibilidad; el prestigio de los medios de difusión varía
pero, en cualquier caso, la televisión ya ha dejado de tener el poder que
tenía, de control sobre la opinión pública.
Situaciones que en el peor de los escenarios podrían tener como consecuencias de facto, una
invasión militar Norteamericana disfrazada de acuerdo de cooperación bilateral, así como la posible
amenaza de que un futuro Presidente requiera las
fuerzas armadas para sus propios
intereses o partidistas y no para los fines de la nación democrática, o
que las propias fuerzas armadas como último recurso, ante el grado de
descomposición del tejido social en su conjunto, o ante una posible amenaza de
traición a la patria, realicen un golpe de Estado.
En
consecuencia, se estima que debemos dejar atrás la imitación de culturas individualistas
ajenas a nuestra esencia y volvamos a nuestra cultura de equilibrio, de
economía mixta al recordar que los
intereses de la nación son un propósito en común y lograr una cultura de
colaboración mutua, en razón de que efectivamente México como nación soberana requiere apuntalar, fortalecer y ampliar
muchos de los logros que se han edificado en una democracia imperfecta.
Por lo cual,
estamos ciertos de que si a esa agenda no se le agrega la llamada cuestión
social, mucho de lo alcanzado se puede venir abajo, es decir: a la agenda
liberal-democrática es necesario sumar una agenda socialdemócrata. Que junto a
la división de poderes, el Estado de derecho, al respeto efectivo a los
derechos humanos o libertades
individuales, aparezcan con fuerza y en el centro de las políticas los temas de
igualdad, del empleo, los salarios, la cobertura universal de salud, la
vivienda, Una agenda que no solo amplíe y fortalezca las libertades, sino que
construya un mínimo de cohesión social acorde a nuestros objetivos como nación,
con apoyo de instituciones nuevas como la que aquí se propone..
Los críticos consideran que fue la combinación del auge del narcotráfico, como el fin del presidencialismo sin contrapesos y el fracaso de la transición democrática, lo que volvió a poner a las Fuerzas Armadas en el papel no del "último recurso" sino del primero para mantener la gobernabilidad.
Los críticos consideran que fue la combinación del auge del narcotráfico, como el fin del presidencialismo sin contrapesos y el fracaso de la transición democrática, lo que volvió a poner a las Fuerzas Armadas en el papel no del "último recurso" sino del primero para mantener la gobernabilidad.
La legitimación y notoriedad de la Institución castrense es la
resultante de su propia capacidad de autocrítica y readaptación al sistema,
como ejemplo el de los generales presos militarmente por actos de corrupción y
las medidas de inteligencia tomadas para prevenir, contener y evitar en el
futuro ese tipo de actos, como la lealtad mostrada a la nación, no obstante las
críticas, falta de apoyo, como el número de bajas; conjugado con el rotundo
fracaso de las instituciones civiles (policías y demás funcionarios judiciales),
atribuible, en gran medida, a su
corrupción, como a la
infiltración del crimen organizado en el poder público, ejemplos de actualidad
casos Chihuahua y Nayarit.
Ahora bien, las Fuerzas Armadas del Estado, son el conjunto de
las policías, por un lado, y el Ejército y la Armada por el otro. En México, como
ya se expresó, existe una distancia enorme entre ambas instituciones por lo que
respecta a su eficacia y prestigio. En
ninguna época histórica, las policías gozaron de la confianza de sectores
sociales importantes, pero el auge actual del crimen organizado erosionó la
poca confianza que hubieran podido acumular. Por eso, el Ejército y la Armada
desempeñan hoy el papel de la única y última fuerza para enfrentar a un crimen organizado
que, con una gran capacidad de influir y corromper, como de ejercer una violencia sin límites, logran
la impunidad de sus actos, lo que hace cada vez más precaria la seguridad
ciudadana.
En consecuencia de lo anterior, en una visión objetiva, se requiere necesariamente
de unas fuerzas armadas institucionales, apartidistas y apolíticas que no solo sean
la garantía de
estabilidad institucional de la democracia, para aquel que sea él que gane
las elecciones, sino un equilibrio o un contra
peso necesario para los tres poderes restantes, que se erija como ese ente
administrativo capaz de alcanzar el objetivo de recuperar el rompimiento del
tejido social por causa de la impunidad, corrupción que han generado más
violencia y por ello más control del crimen organizado en diversas modalidades
al grado de constituirse como un problema de seguridad nacional, por estar ya
infiltrado en la función pública, y esto solo puede lograrse por medio de
una reforma constitucional en que se designe al Ejército Nacional, como un cuarto poder denominado, Poder de Seguridad Nacional, con el
objetivo específico de preservar
la soberanía y la seguridad nacional, tanto interna como externa, con autonomía plena
para auto gestionarse y autoridad plena sobre dicho rubro de seguridad, con facultades necesarias de contraloría , con independencia plena, especialmente del Poder
Ejecutivo Federal, en cuanto a sus funciones se refiere, por ello la actual Secretaría de la Defensa Nacional, dejaría de
estar dentro de la ley de la Administración Pública Federal y sus funciones
aparecer dentro de las facultades del nuevo poder emergente, con excepción como
ya se dijo de las que refieran algún grado de dependencia al Poder Ejecutivo
como a cualquier otro poder, así como que la Secretaría de la Función Pública,
pasaría a ser parte de este nuevo poder de Seguridad Nacional, como todas las
policías del país, y demás dependencias dedicadas a la seguridad e inteligencia
nacional tanto interna como externa, en los tres niveles de gobierno, con un
presupuesto autónomo y garantizado por parte del Estado con un porcentaje fijo,
de acuerdo a su calidad de ser un poder autónomo parte del Supremo Poder de la Federación.
En tal virtud, deberán ser la máxima autoridad en
materia de Seguridad Nacional interna como externa, cuyo titular deberá ser
propuesto por los propios miembros de mayor rango del Ejército Mexicano, cada
seis años de acuerdo a sus ordenamientos internos y ratificado por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, una vez que termine en su cargo, en el supuesto
de ser aprobada esta propuesta el actual Secretario de la Defensa Nacional,
quien en su caso sería el primer titular del poder emergente que se propone.
Lo anterior a efecto de evitar, se vicie el
propósito de la autonomía de este nuevo poder con los demás poderes, en razón
de que va a ejercer facultades o funciones de decisión sobre el tema de Seguridad Nacional
Pública como de contraloría de los demás poderes. Cabe precisar por ser de
mayor importancia y relevancia que no se
consideró factible la propuesta de transformar a la Secretaría de la Defensa
Nacional, como un órgano constitucional autónomo, por la importancia del manejo
del Ejército Nacional, así como de las grandes facultades y funciones encomendadas
de Seguridad y Contralia Interna del Estado Mexicano, ya que sin el
conocimiento de estos rubros no sería posible su función ontológica de preservar
la soberanía y la seguridad nacional.
La iniciativa propone, en general y de manera
evidente, por las razones ya ampliamente referidas, la transformación del concepto de tres Poderes
de la Unión proveniente de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
vigente para adicionar uno nuevo denominado, “Poder de Seguridad Nacional” constituido por el Ejército
Nacional, y otros entes de la administración pública, Policías, de Secretarías o departamentos de
seguridad pública e inteligencia como de contraloría, en los tres niveles de
gobierno, por causas de seguridad nacional. con el objetivo específico de preservar la soberanía y
la seguridad nacional, tanto interna como externa, con autonomía plena
para auto gestionarse y autoridad plena sobre dicho rubro de seguridad, con facultades necesarias de contraloría
Por
ello, se propone realizar una reforma profunda de los artículos
constitucionales y formar un capítulo especial en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos dentro del título tercero de la división de
poderes, como en los demás cuerpos legislativos secundarios o reglamentarios,
acorde al sentido de esta propuesta:
PROYECTO DE REFORMA CONSTITUCIONAL
TÍTULO TERCERO
CAPÍTULO 1
DE LA DIVISIÓN DE PODERES
ARTÍCULO 49.- El Supremo Poder de la
Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Seguridad
Nacional.
CAPÍTULO V
DEL PODER DE SEGURIDAD NACIONAL
Articulo xxx.- Se deposita el ejercicio del poder de
seguridad nacional en el Ejército
Nacional, y otros entes de la administración pública, Policías, de Secretarías o departamentos de
seguridad pública e inteligencia como de contraloría, en los tres niveles de
gobierno, por causas de seguridad nacional. Con el objetivo específico de preservar la soberanía y
la seguridad nacional, tanto interna como externa, con autonomía plena
para auto gestionarse y autoridad plena sobre dicho rubro de seguridad, con facultades necesarias de contraloría.
Nota: Por lo cual deberá derogarse el término
relativo a la Secretaría de la Defensa Nacional, y en su lugar referirse al
Poder de Seguridad Nacional, como adicionar a este las facultades de policías,
de Secretarías o departamentos de seguridad pública e inteligencia como de
contraloría, en los diversos ordenamientos jurídicos.
“LO QUE ESTA MAL, ESTA MAL, AUNQUE TODOS LO HAGAN”
“LO QUE ESTA BIEN, ESTA BIEN, AUNQUE NADIE LO HAGA”
REFRÁN POPULAR MEXICANO.
ATENTAMENTE
MAG. ANTONIO LUÍS
BETANCOURT SÁNCHEZ
TRIBUNAL UNITARIO
AGRARIO DISTRITO 27.
*Egresado de la Universidad Autónoma de San
Luís Potosí, de la Facultad de Derecho, con mención honorífica. Maestría en
Derecho Corporativo con Especialidad en Administración y Finanzas.
Especialidades en Derecho Constitucional y Amparo, nuevo Juicio de Derechos Fundamentales, Derecho
Agrario, Derecho Administrativo, Derecho Fiscal, Teoría General del Proceso, entre
otros. Docente académico, ponente de varias Universidades, conferencistas,
expositor y panelistas en diversos foros académicos y judiciales, tanto
nacionales como internacionales. Actualmente Magistrado Numerario en el
Tribunal Unitario Agrario Distrito 27 con sede en Guasave, Sinaloa.
Guasave,
Sinaloa, a 30 de marzo de 2017